miércoles, 10 de diciembre de 2008

Vida y Opiniones de Tristram (Silencios)



SILENCIOS


Espero a que Tristram se decida y escriba su blog, pero guarda silencio.Silencio porque no oye más que una voz. Silencio porque solo esa voz le perturba y le hace girarse al momento si de espaldas está. Silencio que se impone para entender porqué el universo gira estos días a su alrededor.
Intento comprenderle y por eso tapo mis oídos y espero en el reino donde rige el latir constante acompasado de mi corazón. Y escribo, sobre Tristram, esta persona de baja estatura: el Señor Grifón. Este lector ávido que relame aquello que considera digno de sus papilas gustativas. No es como aquel personaje de Monzó que degustaba la tipografía de sus libros. Aunque se le asemeja en su voracidad lectora.
No está perdida la idea del blog en los vericuetos de su memoria, pervive latente, lo sé por esa sonrisa, a veces carcajada, que me otorga cuando me ve escribir. Me he guardado mucho de realizar excentricidades o acciones que pudiera considerar como tales.
Entre atemorizado por lo que pudiera decir de mí e impresionado por su actitud desde hace unos meses, guardo yo también silencio para escuchar su pausado ánimo, su constante espera.
Cambió su ubicación para leer.De un tiempo a esta parte su apostura está junto a la puerta de entrada. Ahí aposenta su siempre presente manta a cuadros, sobre la que gusta de relamer sus obras preferidas,¿Se habrá vuelto un perro guardián?
Hace unos días me dijo de ir a la biblioteca. Después de muchos achuchones de la bibliotecaria predilecta, cuando logró zafarse, entró en uno de sus paraísos terrenales: la sección de préstamo de una biblioteca pública. Pero salió de vacío, no seleccionó ningún volumen.
Ya se le ha pasado la idea de aprender tailandés… Estaba un poco preocupado por un gato siamés que se le aparecía en sueños…- ¿Se te aparece un gato siamés en sueños? ¿Y por eso aprendes tailandés?- Claro, porque me dice cosas que no entiendo.
El caso es que me ha preocupado, primero por lo que pudiera escribir sobre mí, pero luego por su actitud, sus momentos de euforia y sus instantes de melancolía, su nueva ubicación para relamer libros y por sus silencios. Por dejar libros a medias, por devorar varios de un tirón y no comentármelos, por no citar a sus autores preferidos, por no sentir la necesidad de relamer volúmenes de la biblioteca. Por no hablar conmigo.
"Solo en el silencio surge lo que hay en mi interior"…me ha dicho Tristram.
Pero no han pasado ni dos días desde que me pidió que fuera a casa de los vecinos de abajo. Hace todavía un par de meses que se mudaron a nuestro edificio, es una familia con dos hijos. Quería que les pidiera sal.- Sal. Tristram, tengo sal en casa, además es día laboral, bajo al supermercado y ya está.- Bueno, era por ayudarte en la cocina, ¿y un sacacorchos? Puedes ir a buscar un sacacorchos, si es por vergüenza te acompaño.- Mira, me has dado una idea, bajo a saludarles, porque realmente no les conozco y les invito a un café, ¿qué te parece?¿Cuántas veces ladra Tristram en casa? Creo que es la primera vez.
Bajamos a presentarnos a media tarde, me abrió la madre de la casa. Entablamos conversación y quedamos en que subirían cuando llegara su marido. Le hizo mucha gracia Tristram y mostró sorpresa, así que llamó a sus hijos, un niño y una niña de 6 y 11 años. Las criaturas se asomaron acompañados de una persona de baja estatura de pelo alambrado color castaño rojizo. Una pe… personita de sexo femenino: una hembra de Grifón de Bruselas.

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